Sólo la Unión Europea, México, Noruega, Suiza y Estados Unidos han revelado sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero para después de 2020: Cuando faltan ocho meses para la conferencia sobre el clima de París, la mayoría de los grandes contaminadores aún no ha dado ese paso.
Estados Unidos, segundo gran contaminador, después de China, se comprometió este martes a reducir entre 26% y 28% sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2025 (con respecto a 2005).
Repitiendo las cifras anunciadas en noviembre en Pekín durante la conclusión de un acuerdo con China, la Casa Blanca anunció haber transmitido oficialmente ese compromiso a la secretaría general de la Convención del Clima de las Naciones Unidas.
Inicialmente, todos los países «dispuestos a hacerlo» tenían que presentar antes del 31 de marzo sus «contribuciones nacionales» al objetivo mundial de limitar el calentamiento del planeta a 2°C con respecto a la era preindustrial. El termómetro mundial subió ya 0.8°C.
Esta etapa, que concierne esencialmente los grandes emisores, debería permitir hacer un primer balance después de la conferencia de Lima de diciembre pasado y antes de la de París (30 de noviembre-11 de diciembre). Se espera que un acuerdo multilateral, en discusión desde hace varios años, se logre en la capital francesa.
ONG, expertos y ciertos países esperaban hace unos meses que los anuncios hechos antes de fin de marzo permitieran evaluar el esfuerzo general y tener visibilidad sobre la diferencia a superar con respecto a los objetivos.
Pero los grandes países emisores de gas de efecto invernadero –China, Australia, Japón, Rusia, Brasil, Canadá– no revelaron sus intenciones.
«Este desnivel en el calendario es problemático», estima Celia Gautier, del colectivo de ONG Red de Acción Climática. «Cuanto más se atrasan los países, menos serán incitados a comparar sus compromisos con otros y a elevarlos», afirma.
«Es un problema de precaución», explica Laurence Tubiana, negociadora de Francia, «porque los gobierno no están entrenados para este ejercicio de prospectiva, o bien por que son prudentes» sobre lo que permitirán los progresos tecnológicos en unos años. «Pero «tendremos muchas contribuciones nacionales en junio», aseguró.
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– Paso al frente de México –
Para un país, anunciar su objetivo climático equivale, entre otras cosas, a prever la parte de sus diferentes fuentes de energía (fósiles, renovables, nuclear) después de 2020: una decisión compleja porque debe tomar en cuenta los costos de inversión, las necesidades para garantizar su desarrollo económico y la evolución de las tecnologías.
A principios de marzo, la Unión Europea (12% de las emisiones) fue la primera que transmitió oficialmente su plan post-2020 al secretariado general de la Convención sobre el clima de las Naciones Unidas.
Los 28 preveían una baja de 40% de las emisiones en 2030 con respecto a 1990. Este compromiso se funda en dos objetivos: aumentar la parte de energías renovables a 27% y ahorrar 27% en su consumo de energía.
Noruega anunció objetivos similares a los de la Unión Europea. Suiza, por su parte, apunta a una disminución de 50% de los gases de efecto invernadero en 2030.
El sábado, México fue el primer país emergente que anunció sus objetivos, un paso saludado por Washington y París: pico de emisiones en 2026, reducción de 22% en 2030, revisable en alza en función del apoyo internacional.
«Hay progresos en las propuestas de los gobiernos para después de 2020 (…) pero estamos todavía lejos de objetivos compatibles con el de 2°C», advirtió el martes Bill Hare en un comunicado del centro de investigaciones Climate Analytics.
Según el Grupo intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero -que no censan de aumentar– tienen que ser reducidas de 40 a 70% de aquí a 2050 para que pueda alcanzarse el objetivo 2°C. Más allá de ese umbral, los climatólogos prevén graves e irreversibles riesgos y una aceleración de los trastornos climáticos.
Los anuncios de grandes emisores como China, Australia, Japón y Rusia, son esperados de aquí a junio, mes que habrá una nueva ronda oficial de negociaciones intermedias en Bonn (1 a 11 de junio).