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En un atiborrado apartamento de un área industrial del sur de Londres, Sandra Rumkiene narra su lucha para criar a su hijo como tantas otras familias modestas obligadas a vivir en viviendas temporales.
Los camiones pasan por delante del edificio de Rumkiene a todas horas y los 84 apartamentos, antiguas oficinas reconvertidas y alquiladas por el Estado a un propietario privado, están cerca de una planta de residuos cuyo hedor flota en el aire.
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«Es como si Dios se hubiera olvidado de este lugar», dijo sobre el edificio del barrio de Mitcham. «Por lo menos tenemos un techo, pero nos preocupa el bebé, porque crece realmente despacio», dijo entre lágrimas esta mujer de 32 años, explicando que la angustia y nervios que le provocan su situación actual no le dejan ni comer.
La de Rimkiene es una de las 78.180 familias de Inglaterra al borde de acabar en la calle y necesitadas de un alojamiento temporal proporcionado por las autoridades, según cifras oficiales de un informe parlamentario de junio.
– ‘Desesperados por una casa’-
La situación se ha agravado desde que el Gobierno conservador llegó al poder en el Reino Unido en 2010: el número de familias en alojamientos temporales ha aumentando un 60% desde 2011.
Las viviendas temporales son un parche para familias y otras personas vulnerables antes de ser colocadas en viviendas sociales permanentes, pero la falta de hogares adecuados ha dejado a algunas personas en condiciones calamitosas.
El ministro de Finanzas, Philip Hammond, en su anuncio de presupuesto esta semana prometió solucionar «el mercado inmobiliario roto», destinando fondos, préstamos y garantías por un total de 44.000 millones de libras (49.400 millones de euros, 58.500 de dólares) durante cinco años.
El diputado Siobhain McDonagh, representante de de Mitcham y Morden, atribuyó la crisis a los altos costes de la vivienda unidos a la construcción insuficiente de viviendas.
«He visto buenos tiempos y he visto malos tiempos, pero nunca había visto una situación tan dura como en este momento», dijo a la AFP McDonagh, del partido laborista, el primero de la oposición.
McDonagh dijo que los consejos locales están «desesperados» y que el sistema actual está teniendo un impacto incalculable en la salud mental de la gente.
Las autoridades locales de Inglaterra gastaron 845 millones de libras en alojamientos temporales en 2015-16, un 39% más en términos reales que en en 2010-2011, según un informe de septiembre de la Oficina Nacional de Auditoría.
– Cuatro en una cama –
En el mismo edificio donde vive Sandra Rumkiene, Victoria Abiodun, de 41 años, explicó que ha sido trasladada a cuatro lugares diferentes en dos años y que lleva 14 meses en su vivienda actual. Comparte una cama con sus dos niñas, mientras su recién nacido duerme en una estera para bebés, y su marido e hijo de 10 años en literas.
«La vida es muy difícil para nosotros», dijo a AFP, con su bebé de tres semanas de edad en el pecho. Al igual que otras madres, a Abiodun le preocupa la seguridad de sus hijos, porque no hay ningún lugar donde jugar, salvo los pasillos o el aparcamiento.
«No quieres perder de vista a tus hijos ni un segundo», dijo. La familia ha tratado de encontrar un apartamento de alquiler privado, pero Abiodun dijo que su marido no gana el salario de 40.000 libras anuales que los agentes de propiedad requieren para un contrato.
Peter Mackie, profesor de la Universidad de Cardiff, estimó que es necesario adoptar medidas de gran alcance para que el sector de los alquileres privados sea más seguro, así como para construir viviendas verdaderamente asequibles.
Si bien el alojamiento temporal ofrece una red de seguridad para que las familias no terminen en las calles, Mackie cree que se necesita una revisión completa del sistema necesita para garantizar viviendas de buena calidad.
«El problema es que no tenemos una legislación que obligue a las autoridades locales a acomodar a las personas en alojamientos temporales de buena calidad», dijo a la AFP.
Rumkiene ha estado viviendo en Mitcham desde enero y el ayuntamiento le ha dicho que no puede ofrecerle nada mejor. «Nuestra Navidad del año pasado fue realmente terrible, porque estábamos alojados en un alojamiento de emergencia, y este año tampoco podremos hacer nada especial». AFP