Unas 100 personas murieron el domingo y otras muchas estaban desaparecidas tras un deslave cerca de una mina de jade en el norte de Mianmar, según un testigo y un líder de la comunidad. La mayoría de las víctimas eran aldeanos que rebuscaban restos en una enorme montaña de tierra removida.
El desplome ocurrió el sábado en la tarde en Hpakant, en el estado de Kachin, dijo Brang Seng, empresario del sector del jade, que presenció cómo se sacaban los cuerpos de entre los desperdicios y se los trasladaba a la morgue de un hospital.
«La gente lloraba», dijo. «Oigo que murieron más de 100 personas. En algunos casos se perdieron familias enteras».
De acuerdo con The Associated Press, Lamai Gum Ja, un líder de la comunidad local, dijo que el deslave también había arrasado algunas viviendas en la base del vertedero de la mina y estimó que además de los muertos habría entre 100 y 200 desaparecidos.
Equipos de búsqueda y rescate con uniformes de color naranja brillante buscaban sobrevivientes entre los escombros.
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Mianmar acaba de comenzar su andadura hacia la democracia tras medio siglo de dictadura. Hpakant, el epicentro del boom del jade en el país, sigue siendo muy pobre, con irregulares carreteras de tierra y constantes apagones eléctricos.
Los mineros ilegales arriesgan y a menudo pierden la vida rebuscando entre los escombros descartados por los gigantes mineros.
«Las grandes empresas, muchas propiedad de familias de exgenerales, empresas militares, personas afines al antiguo régimen y señores de la droga ganan miles de millones al año con su saqueo de Hpakant», afirmó Mike Davis, de Global Witness, un grupo que investiga la mala gestión de ingresos derivados de recursos naturales.
«Su legado a la gente local es una tierra arrasada y distópica en la que decenas de personas se ven enterradas cada vez en los deslaves», añadió.