MOSCÚ (AP) — Alrededor de 1000 opositores rusos se reunieron en Moscú para protestar contra una ley que otorga nuevos y amplios poderes a las agencias de seguridad.
El conjunto de enmiendas antiterroristas que presentó la legisladora progubernamental Irina Yarovaya ha causado la indignación de activistas defensores de los derechos humanos. Entre otras cosas, la iniciativa de ley introduce sentencias de prisión por no reportar delitos graves y obliga a las compañías de telecomunicaciones a almacenar registros de llamadas durante meses.
El presidente Vladimir Putin promulgó las enmiendas el mes pasado.
Los manifestantes, que se congregaron el martes en el parque Sokolniki de Moscú, censuraron la nueva ley y dijeron que era parte de los intentos del Kremlin para suprimir las protestas antes de las elecciones parlamentarias del mes próximo. La protesta, que fue autorizada por las autoridades, fue pacífica ante la vigilancia de la policía, que se mantuvo al margen.
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El líder opositor Alexei Navalny, quien desempeñó un importante papel en la organización de las protestas multitudinarias en Moscú contra la autoridad de Putin en el 2011 y el 2012, dijo en un discurso vehemente que es hora de que la oposición regrese a las calles y que «todo depende de nosotros».
El activista opositor Ilya Yashin describió la nueva ley como un «reflejo del horror y el temor del gobierno».
«Ellos intentan controlar todo, absolutamente todo», afirmó. «Si no la rechazamos, entonces nos encontraremos en el mundo de Big Brother, en el que todo el mundo es observado desde todas partes. Todas nuestras conversaciones están siendo escuchadas, todos nuestros mensajes están siendo leídos: es una perspectiva muy desagradable».
Al referirse a la nueva normativa como «la ley Big Brother», Tanya Lokshina, representante de Human Rights Watch, la describió como «evidentemente otra herramienta que utilizará el gobierno contra sus detractores».