Una nueva oleada de migrantes cubanos varados en Panamá y la negativa de Costa Rica para dejarlos transitar, avivó la crisis migratoria que parecía desvanecerse luego del traslado especiala México de un grupo de más de seis mil.
El presidente panameño, Juan Carlos Varela, señaló que mil 600 cubanos están ahora en localidades del país en las fronteras con Colombia y Costa Rica, aún sin poder avanzar en su travesía hacia Estados Unidos.
“Es un problema bien complicado (…) no es fácil porque nosotros dependemos de la colaboración de otros países de la región, como fue el caso de México”, admitió el presidente de Panamá.
Esta semana concluyó un operativo de traslado a México de seis mil 119 cubanos que quedaron varados desde finales del año pasado en Panamá y Costa Rica, luego de que el 15 de noviembre pasado Nicaragua les cerró el paso en su frontera por razones de seguridad y soberanía.
“Le he pedido a la canciller de la República (de Panamá) que se comunique con las autoridades de Costa Rico para ver cómo coordinamos mejor la situación, porque algunos están siendo devueltos a nuestra frontera y no sentimos que sea el mejor procedimiento”, dijo Varela.
El mandatario panameño prometió ayer hospedaje a los migrantes cubanos, a quienes les pidió “paciencia”, y garantizó que no serán devueltos a la región de Darién, la selva tropical que hace frontera natural con Colombia.
Costa Rica cierra fronteras
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La operación especial de traslado de isleños a México “está concluida”, argumentó el presidente, e hizo un llamado a los cubanos varados en Panamá y a los que “vienen de camino desde Ecuador” no lleguen a Costa Rica.
Además, Solís pidió a la Organización Internacional de Migrantes (OIM) participar en una reunión con los viceministros de Relaciones Exteriores y Migración de la zona para atender la nueva oleada de cubanos.
La OIM tildó de muy importante la urgencia de que los países involucrados dialoguen para buscar una solución a largo plazo.
En manos de Estados Unidos
El paso de migrantes cubanos por Centroamérica es un fenómeno que creció en los últimos años, pero que se intensificó con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba por el temor a que se elimine la Ley de Ajuste Cubano, que otorga facilidades a los isleños al adquirir la residencia estadounidense.
“Hasta que esas leyes (estadounidenses) no sea modificadas continuaremos teniendo estas circunstancias que desde un punto de vista humanitario significan dolor y riesgo para miles de ciudadanos cubanos”, señaló el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís.
