El Papa Francisco dijo el sábado que una «epidemia de enemistad» contra gente de otras razas o religiones está hiriendo a los más débiles en la sociedad, advirtiendo sobre el auge del nacionalismo populista.
A poco más de una semana desde que Donald Trump fue electo como el próximo presidente de Estados Unidos, alentando a los partidos que se oponen a la inmigración en algunas partes de Europa y otras regiones, el Santo Padre dijo que las personas no deberían ser vistas como enemigos sólo porque son diferentes.
«Vemos, por ejemplo, cómo rápidamente el que está a nuestro lado ya no sólo posee el estado de desconocido o inmigrante o refugiado, sino que se convierte en una amenaza», dijo el Sumo Pontífice en una ceremonia para designar nuevos cardenales.
«Enemigo por venir de una tierra lejana o por tener otras costumbres. Enemigo por su color de piel, por su idioma o su condición social, enemigo por pensar diferente e inclusive por tener otra fe», agregó.
Si bien no nombró a ningún país, Francisco pareció referirse a las actitudes contra los inmigrantes y contra los musulmanes que han surgido en Estados Unidos desde la elección.
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«Cuántas heridas crecen por esta epidemia de enemistad y de violencia, que se sella en la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de esta patología de la indiferencia», dijo el Papa.
La propia Iglesia no es inmune al «virus de la polarización y la enemistad», afirmó, en una aparente referencia al desafío público de cuatro cardenales conservadores que lo acusaron de sembrar confusión en importantes temas morales.
En la ceremonia de «consistorio» en la Basílica de San Pedro, Francisco nombró a 17 nuevos cardenales de la Iglesia Católica Apostólica Romana provenientes de México, Venezuela, Brasil, España, Italia, Estados Unidos, Bélgica, la República Centroafricana, Mauricio y Papúa Nueva Guinea. Reuters