ANA MARIA GUERRERO
Gran polémica se ha generado nuevamente tras el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador de nombrar como secretaria de Gobernación a Luisa María Alcalde, a quien se le considera por los mexicanos que opinan, fiel a las órdenes de su «jefe», pero sin la capacidad para llevar el desarrollo político del país.
Las redes sociales se han llenado de críticas a lo que denominan un acto de improvisación de López por llevar al cargo a alguien sin experiencia también en lo que tiene qué ver con la conducción del Poder Ejecutivo, con los otros dos poderes. Aunque también se podría reconocer que ninguno de los últimos secretarios de Gobernación (durante este gobierno de la 4T), tenían la experiencia y tampoco demostraron capacidad.
Aseguran los usuarios que con el nombramiento a Alcalde, el presidente López, asegura sumisión absoluta y obediencia ciega, por lo que en lo que resta del sexenio, se vivirá la experiencia ciudadana de ver una Secretaría de alta relevancia convertida en nada, aseguran los comentadores.
Aunque también haría bien reconocer que el fomento a la convivencia armónica, la paz social, el bienestar y desarrollo de todos los mexicanos, son labores del secretario de Gobernación que hasta hoy no se han demostrado en la práctica, lo que de alguna manera se verá prolongado con el nuevo nombramiento anunciado por el presidente del país latinoamericano.