Fue el símbolo de una frontera abierta entre una Francia y una Alemania reconciliadas. Este lunes, el Puente de Europa, entre la ciudad francesa de Estrasburgo y la localidad alemana de Kehl, se ha convertido en el de una frontera estrictamente controlada para contener la crisis del coronavirus.
A las 08H00 locales, la policía alemana inició el control de automovilistas, de peatones y de ciclistas a la entrada de Kehl, ciudad fronteriza germana frente a Estrasburgo, en la otra orilla del Rin.
Varios automovilistas procedentes de Francia empezaron a ser rechazados por los policías alemanes, después de que París y Berlín anunciaran el domingo la reducción a lo «estrictamente necesario» del tráfico en la frontera entre los dos países.
La circulación, fluida para un lunes por la mañana, rápidamente se hizo más densa con la formación de los primeros atascos.
Los policías, vestidos con chalecos fluorescentes, portando guantes de látex azul y un pequeño cartel de «stop» rojo, piden a cada automovilista la razón de su ingreso en Alemania.
Los transportes de mercancías y los trabajadores transfronterizos pasan sin dificultad. «¿Va usted para trabajar?», interroga un policía. «Sí, en el McDonalds», responde una conductora, inmediatamente autorizada a proseguir su camino.
– «Cierre general» –
En cambio, quienes alegan otros motivos, como comprar cigarrillos o carburante, menos caros en Alemania, son rechazados.
Un policía toma sus documentos de identidad y solamente se los devuelve cuando han dado media vuelta, todo ello en presencia de numerosos periodistas.
«¿Va usted a hacer compras? Pues tiene que dar media vuelta, por favor, pues no tiene justificación profesional» para cruzar la frontera, «abierta solamente para trabajadores y mercancías» explica el policía a una mujer de la región francesa de Alsacia. «Es un cierre general de la frontera», agrega.
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La línea del tranvía que va al centro de Kehl desde Estrasburgo, atravesando el Rin sin que haya la menor indicación de un paso de frontera, tiene desde las 08H00 de esta mañana su última parada en la orilla francesa.
Y los peatones y ciclistas que quieren atravesar la «Passerelle des Deux Rives» (paso de las dos orillas), entre parques situados a uno y otro lado del Rin, deben dar media vuelta ya que los policías prohíben totalmente el paso. El único punto para cruzas el río es ahora el Puente de Europa.
– Evitar compras masivas –
En la orilla francesa se han desplegado policías franceses para advertir sobre estos controles e invitar a quienes pueden ser rechazados algunos centenares de metros más lejos, a dar media vuelta de inmediato.
«Los controles son efectuados este día (15/03/20) por la policía alemana entre @Estrasburgo & #Kehl hasta las 18H. Estos controles se reanudarán mañana 16/03 a las 6H30. Se les pide evitar el sector salvo si residen en el lado alemán o si trabajan ahí #covid_19», tuiteó la policía nacional francesa de la región Bajo Rin.
Una de las razones adelantadas el domingo por las autoridades alemanas para justificar estos controles reforzados, además de la epidemia, es evitar que los ciudadanos de países fronterizos hagan compras masivas en tiendas alemanas, vaciándolas, un fenómeno que ya se constató en el pasado.
La medida fue adoptada por el gobierno federal de la canciller Angela Merkel y los dirigentes de los tres Estados regionales fronterizos.
Esta «respuesta coordinada franco-alemana» está justificada por el «contexto sanitario» vinculado con la propagación del virus, precisó una fuente francesa del ministerio del Interior.
«Estos controles franceses y alemanes no constituyen un cierre de nuestra frontera común. Tienen como objetivo limitar los intercambios no necesarios entre nuestros dos países para contener la propagación del virus», agrega esta fuente en un comunicado. AFP