El eventual recurso a la energía nuclear como un método para reducir las emisiones de CO2 divide este jueves a los líderes de la Unión Europea (UE), en una cumbre que busca confirmar su ambicioso objetivo para limitar el cambio climático.
«La energía nuclear es una energía limpia, sin emisiones. No entiendo por qué hay países que tienen problemas con ello», aseguró el primer ministro checo, Andrej Babis, para quien, sin ésta, es «imposible» la transición energética en su país.
Las discusiones en la cumbre son tensas. La República Checa y otros países del Este no quieren dar su brazo a torcer y quieren más claridad sobre cómo la UE les ayudará en esa transición antes de dar su visto bueno a la neutralidad carbono para 2050.
Pero este objetivo es el eje conductor del Pacto Verde desvelado la víspera por la Comisión Europea y, adoptarlo por la necesaria unanimidad enviaría un mensaje fuerte a la comunidad internacional, en plena COP25 en Madrid.
Aunque el principio de hacer más en la lucha contra el cambio climático es globalmente compartido, los países del Este más dependientes de energías fósiles y que temen un mayor impacto en su economía buscan un reconocimiento de su situación.
La energía nuclear se convirtió en el principal escollo de las discusiones. «Hungría y República Checa quieren que la palabra nuclear figure explícitamente en las conclusiones para obtener financiación», según una fuente europea.
El mandatario checo quiere la inclusión en la declaración de la cumbre de una referencia a la energía nuclear como un método posible para avanzar hacia el objetivo de la neutralidad carbono para 2050, pero esto choca con el rechazo de países como Austria y Luxemburgo.
Este reclamo llega de hecho cuando enviados de los 28 países del bloque no logran ponerse de acuerdo sobre si considerar el sector nuclear como una energía verde y, por tanto, susceptible de beneficiarse de un tratamiento fiscal especial.
«No debemos utilizar el dinero europeo para financiar la energía nuclear», sentenció el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, para quien «la energía nuclear no es ni sostenible, ni segura».
Un diplomático de un país favorable a la neutralidad carbono para 2050 se dijo «moderadamente optimista» sobre un acuerdo, ya que los países del Este son «conscientes de la presión» y el resto deben esforzarse para «sumarlos a ese objetivo».
Activistas de Greenpeace colgados de la fachada del edificio que alberga la cumbre, les habían urgido a actuar. «Emergencia climática» rezaban las pancartas desplegadas antes que la policía las retirara y desalojara a los ecologistas.
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Además de la ambición climática, el Marco Financiero Plurianual (MFP) para el período 2021-2027 se anuncia como el otro duro debate que se espera este jueves. Aunque algunos líderes quieren desvincular ambos, estos están llamados a fusionarse.
Polonia, Hungría y República Checa quieren compromisos claros sobre cómo la UE les ayudará a descarbonizar sus economías y, en este punto, es clave el próximo presupuesto comunitario.
«Va a ser una gran pelea», «es un expediente muy complicado», advierten los diplomáticos, quienes en cambio son unánimes en criticar la propuesta de cifras para el MFP presentada por Finlandia, que ejerce la presidencia pro témpore.
Finlandia propuso 1,087 billones de euros de presupuesto para el período 2021-2027, equivalente al 1,07% de la renta nacional bruta de cada país, contra el 1,114% propuesto por la Comisión Europea.
Los líderes no se ponen de acuerdo sobre si aumentar o disminuir las contribuciones de cada país en un presupuesto que no contará en principio con un contribuyente neto, el Reino Unido, por su retirada del bloque.
Además, el MFP debe tener en cuenta las nuevas prioridades como el clima, la defensa o la protección de fronteras, por lo que algunos países piden recortes en las tradiciones políticas en agricultura y cohesión, algo impensable para otros.
Para avanzar en este asunto, que está llamado a contaminar las cumbres a lo largo de 2020, los líderes tienen previsto encargar las negociaciones al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Una cumbre extraordinaria consagrada al MFP podría tener lugar a finales de febrero, según el diplomático.
El primer ministro británico, Boris Johnson, no estará presente en la cumbre por las elecciones legislativas anticipadas que se celebran en su país, un intento para desbloquear el proceso del Brexit, previsto actualmente el 31 de enero. AFP