El presidente Vladimir Putin advirtió a Occidente el miércoles que no cruce las «líneas rojas» de Rusia, diciendo que Moscú responderá rápida y duramente a cualquier provocación y que los responsables lo lamentarán.
En un momento de aguda crisis en los lazos con los Estados Unidos y Europa, con las tropas rusas concentradas cerca de Ucrania y el líder de la oposición Alexei Navalny en huelga de hambre en la cárcel, el líder del Kremlin usó su discurso sobre el estado de la nación para proyectar un mensaje de fuerza rusa y desafío frente a amenazas externas.
«Queremos buenas relaciones … y realmente no queremos quemar puentes», dijo Putin a ambas cámaras del parlamento.
«Pero si alguien confunde nuestras buenas intenciones con indiferencia o debilidad y tiene la intención de quemar o incluso volar estos puentes, debe saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura».
Rusia determinaría dónde estaba su línea roja en cada caso específico, dijo, comparando el país con un tigre rodeado de hienas.
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«En algunos países, han desarrollado un hábito muy indecoroso de meterse con Rusia por cualquier motivo, y la mayoría de las veces sin ningún motivo, una especie de deporte», dijo Putin, parado solo en un vasto escenario flanqueado por blancos, azules y banderas nacionales rojas y un telón de fondo de un águila bicéfala gigante.
«Los organizadores de cualquier provocación que amenace nuestros intereses fundamentales de seguridad se arrepentirán de lo que han hecho como si nunca se hubieran arrepentido de nada en mucho tiempo».
Putin, que tiene 68 años y ha dominado Rusia durante dos décadas, no mencionó a Navalny. El líder de la oposición está enfermo en prisión después de morir de hambre durante tres semanas para exigir acceso a sus propios médicos.
El rublo se afianzó después del discurso de Putin, y los mercados lo interpretaron como una escalada de tensiones con Occidente.