Cifras de las Naciones Unidas muestran un incremento en el número de civiles muertos en un conflicto que no da señales de menguar.
Las negociaciones de Ginebra buscan poner fin a meses de combates, los cuales han derivado en que una coalición encabezada por Arabia Saudí lanzara una campaña aérea contra los hutíes y sus aliados hace casi tres meses. No obstante, ninguna de las partes ha mostrado deseos de llegar a una solución negociada en momentos en que decenas de personas murieron en nuevos enfrentamientos en la ciudad de Adén, en el sur del país.
Después de reuniones iniciales con el enviado de la ONU, el delegado Ghaleb Mutlak dijo que los rebeldes están tratando de conseguir una tregua para el mes sagrado musulmán del Ramadán, y que su delegación desea permanecer en Suiza el tiempo que sea necesario con el fin de terminar con el baño de sangre.
El enviado especial de la ONU, Ismail Ould Cheikh Ahmed, dijo que nada se dirimirá a menos que se pueda convencer a las dos partes a que se sienten a dialogar, pero que el simple hecho de lograr que llegaran a Ginebra fue «un gran logro».
«No deberíamos subestimar lo significativo de este acontecimiento», dijo a reporteros después de reunirse con la delegación hutí. «Es el arranque importante hacia el regreso a un proceso político. Seamos realistas: será un camino difícil, pero el punto importante es que comenzamos a atender la crisis».
Mientras tanto, fuertes combates sacudieron las ciudades de Taiz y Marib, al tiempo que ataques aéreos de la coalición encabezada por Arabia Saudí golpearon posiciones rebeldes en la capital, Saná, así como en Hajja, Saada, al-Jawf y la provincia de Shabwa.
La delegación rebelde de Saná partió el domingo pero llegó a Ginebra el martes por la mañana, un día después de lo esperado. Culpó del retraso a Egipto, al afirmar que no se les otorgó permiso de volar sobre su espacio aéreo, acusación que El Cairo negó.
No está claro cuánto durarán las negociaciones, que al menos en un principio involucran a mediadores que irán de una de las partes a la otra, en lugar de encuentros cara a cara. Ahmad Fawzi, vocero de la ONU, dijo que el arranque del Ramadán más adelante esta semana podría afectar la permanencia de las delegaciones en Ginebra.
«Es una oportunidad de oro para tratar de resolver esta crisis», dijo Fawzi. «Nadie sabe si aceptarán extender su estancia más allá del inicio del Ramadán».
En el conflicto en Yemen se enfrentan los hutíes que tomaron Saná el año pasado y unidades militares leales al ex presidente Alí Abdula Salé contra una diversidad de fuerzas, incluidos separatistas del sur, milicias locales y tribales, milicianos islámicos y leales al exiliado presidente Abed Rabbo Mansur Hadi.
La delegación de Saná incluye fuerzas leales a Salé y representantes de otros grupos políticos.
Cifras de la ONU dadas a conocer el martes subrayan la urgencia de encontrar una solución. Entre el jueves y el lunes murieron 50 civiles, incluidos 18 niños, y 111 más resultaron heridos, señaló la oficina de derechos humanos del organismo internacional. Esto incrementa el total de civiles muertos a mil 412 desde el 26 de marzo, con tres mil 423 heridos, agregó
La UNICEF, la agencia de la ONU encargada del bienestar de los niños, dijo que al menos 279 menores de edad han muerto y 402 sufrido heridas desde el 26 de marzo, en comparación con 74 muertos y 244 heridos en todo 2014. La UNICEF señaló que los grupos armados están utilizando a niños para resguardar puntos de revisión o cargar armas.
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