El rechazo al proyecto de reforma laboral en Brasil; los aumentos de salarios anunciados por los gobiernos de Bolivia y Venezuela, y los incidentes que dejaron un diputado acuchillado en Bélgica, seis policías heridos en Francia y más de 160 detenidos en Turquía matizaron hoy en gran parte del mundo las tradicionales celebraciones del Día Internacional del Trabajador.
Tras la contundente huelga general del viernes pasado, los sindicatos brasileños volvieron a la calle en las principales ciudades del país sudamericano para rechazar nuevamente las reformas de trabajo y jubilatoria impulsadas por el gobierno liberal de Michel Temer.
Uno de los puntos que más resistencia provoca en la reforma liberal es el que sostiene que que «lo acordado valga por encima de lo legislado», lo cual daría valor legal a los convenios pactados entre trabajadores y empleadores dentro de cada empresa, aún si estos acuerdos no se ajustan a las normativas laborales vigentes.
El mandatario, en tanto, utilizó la simbólica fecha para defender sus medidas a través de un video publicado en las redes sociales, informó la agencia de noticias EFE.
Como era previsible, el mensaje de Temer no convenció ni a los líderes sindicales y Paulo Pereira da Silva, líder de la central Fuerza Sindical, adelantó que están discutiendo la posibilidad de «una reunión de todas las centrales el próximo 8 de mayo para una especie de invasión de Brasilia», la capital del país.
En Bolivia, en cambio, el presidente Evo Morales, aprovechó el Día del Trabajador para anunciar una suba salarial para los empleados públicos y otra general para todo el país, pero excluyó a los mineros de Huanuni y a otros trabajadores de empresas del Estado que no produzcan ganancias.
Morales firmó dos decretos para aumentar salarios: un 7% al haber básico que perciben los trabajadores y empleados estatales y un 10,7% al salario mínimo nacional que ahora será de 2.000 pesos bolivianos (287 dólares).
También presentó un proyecto de ley para que la Asamblea Legislativa Plurinacional apruebe un aumento de 50 pesos bolivianos (siete dólares) por mes a un bono social, bautizado como Renta Dignidad, destinado a mayores de 60 años.
En Venezuela, el chavismo y la oposición utilizaron el Día del Trabajador para volver hoy a inundar las calles de Caracas y las capitales de los estados, y el país quedó otra vez dividido entre un oficialismo que retomó la ofensiva con una convocatoria a una Asamblea Constituyente y escenas de represión policial y militar contra las multitudes opositoras que salieron a marchar bajo el lema «El pueblo se rebela contra el golpe».
Miles de chavistas gritaron consignas a favor del gobierno y celebran que Maduro anunciara ayer un aumento del 60% del salario mínimo mensual, lo que lo estableció en unos 200.000 bolívares, 280 dólares a la tasa de cambio oficial más alta.
En la capital de Cuba, por su parte, fueron recordados Ernesto Che Guevara y Fidel Castro en la tradicional marcha del 1 de Mayo, una celebración festiva sin reivindicaciones laborales que este año estuvo dedicada a la juventud.
En México, en tanto, decenas de miles de trabajadores marcharon en la capital y otras ciudades para reclamar más derechos laborales y lanzaron fuertes críticas al discurso oficialista que, en un acto paralelo, destacó que «los buenos datos de empleo» son un reflejo de la fortaleza de la nación frente a desafíos exteriores.
En Estados Unidos, pese a no ser feriado, el Día de los Trabajadores se sintió hoy en algunas de las principales ciudades de Estados Unidos y estuvo dominado por un fuerte discurso contra las políticas migratorias del flamante presidente Donald Trump.
Cientos de miles de personas salieron a las calles en Washington, la capital, Nueva York, Los Angeles y Miami para conmemorar el Día del Trabajador -que en general se celebra en todo el mundo, pero no en Estados Unidos- y para aprovechar a repudiar una vez más las medidas anti inmigratorias que aprobó Trump en sus primeros tres meses y medio de gobierno, según el diario The New York Times.
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En Francia, diversos disturbios e incidentes empañaron las convocatorias del 1 de Mayo hechas por los sindicatos franceses, que se manifestaron hoy divididos, en línea con las diferencias que mantienen de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo domingo.
En París, seis policías antidisturbios resultaron heridos -dos muy graves- en los enfrentamientos que se produjeron durante la marcha que habían convocado los sindicados, que no han dado consigna de voto explícita para la segunda vuelta de las presidenciales: de hecho sus consignas fueron para oponerse tanto a la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, como al liberal Emmanuel Macron.
En la vecina Bélgica, el diputado socialista Raoul Hedebouw fue herido de arma blanca en una pierna hoy en Lieja, durante un acto por el Día Internacional del Trabajador. Pese a la herida, el legislador cumplió lo programado y pronunció más tarde su discurso en el acto, reportó la agencia de noticias DPA.
El agresor, de entre 40 y 50 años de edad, según la Policía, había tildado a los socialistas de «idiotas» antes de atacar al diputado y, tras la agresión, fue detenido.
Una vez más, Turquía fue la sede de una de las peores represiones del Día de los Trabajadores en el mundo.
En Estambul, la policía turca lanzó gases lacrimógenos y disparos al aire para dispersar a cientos de manifestantes que intentaban protestar contra el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan, quien en los próximos meses obtendrá aún más poderes gracias a la reforma constitucional refrendada en consulta popular hace dos semanas.
En total, más de 160 manifestantes fueron detenidos.
Una situación también tensa se vivió hoy en Sudáfrica, cuando cientos de miembros del sindicato oficialista Cosatu abuchearon al presidente Jacob Zuma y pidieron su renuncia. La confrontación fue tan fuerte que las autoridades tuvieron que cancelar el acto del Día de los Trabajadores para que el mandatario pudiera dar el discurso que pronuncia todos los años.