
A solo un mes de terminar su gestión como alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill De Blasio inauguró el martes 30 de noviembre, dos centros para que las personas adictas puedan consumir drogas con asistencia médica bajo el argumento de que es más ‘seguro’ que hacerlo en las calles.
Durante el primer día de estar operativo, hubo cinco personas con sobredosis y al menos una fue hospitalizada.
“Los centros de prevención de sobredosis son una forma segura y eficaz de abordar la crisis de los opiáceos. Estoy orgulloso de mostrar a las ciudades de este país que, tras décadas de fracaso, es posible un enfoque más inteligente”, dijo de Blasio en un comunicado.
Los dos centros están ubicados en el barrio de Harlem y Brooklyn.
Según el New York Post, el mismo martes que los centros abrieron, se produjeron cinco sobredosis en el centro de East Harlem en el que 85 drogadictos se inyectaron drogas mezcladas con fentanilo, incluyendo heroína.