“Si tengo la oportunidad de solucionar la crisis de las enfermedades crónicas y reformar nuestra producción de alimentos, prometo que dentro de dos años veremos cómo la carga de las enfermedades crónicas aumenta dramáticamente. Haremos que los estadounidenses vuelvan a estar sanos. Dentro de cuatro años, Estados Unidos será un país saludable. Seremos más fuertes, más resilientes, más optimistas y más felices.
“No fallaré en hacer esto. En última instancia, el futuro, pase lo que pase, está en manos de Dios, en manos de los votantes estadounidenses y en las del presidente Trump. Si el presidente Trump es elegido y cumple su palabra, la enorme carga de enfermedades crónicas que ahora desmoraliza y lleva al país a la quiebra desaparecerá.
“Este es un viaje espiritual para mí. Llegué a mi decisión a través de una oración profunda, a través de una lógica estricta, y me pregunté: ¿qué opciones debo tomar para maximizar mis posibilidades de salvar a los niños de Estados Unidos y restaurar la salud nacional? Sentí que si rechazaba esta oportunidad, no podría mirarme en el espejo, sabiendo que podría haber salvado las vidas de innumerables niños y revertido la epidemia de enfermedades crónicas de este país.
“Tengo 70 años. Puede que tenga una década para ser eficaz. No puedo imaginar que el presidente Harris, un presidente Harris, me permitiera a mí, o a cualquier otra persona, resolver estos terribles problemas. Después de ocho años del presidente Harris, cualquier oportunidad que tenga para solucionar el problema estará fuera de mi alcance para siempre.
“El presidente Trump me ha dicho que quiere que este sea su legado. Elijo creer que esta vez él cumplirá. Su hijo, sus mayores donantes, sus amigos más cercanos, todos apoyan este objetivo. Unirme a la campaña de Trump será un sacrificio difícil para mi esposa y mis hijos, pero valdrá la pena si existe aunque sea una pequeña posibilidad de salvar a estos niños.
“En última instancia, lo único que salvará a nuestro país y a nuestros hijos es si elegimos amar a nuestros hijos más de lo que nos odiamos unos a otros. Por eso lancé mi campaña: para unificar a Estados Unidos. Mi padre y mi tío dejaron una huella tan duradera en el carácter de nuestra nación, no tanto por las políticas particulares que promovieron, sino porque fueron capaces de inspirar un profundo amor por nuestro país y fortalecer nuestro sentido de nosotros mismos como comunidad nacional.