
Los presidentes de Irán, Rusia y Turquía celebrarán una cumbre el viernes en Teherán para determinar el destino de la provincia siria de Idlib, último bastión rebelde, contra el cual el régimen sirio y sus aliados preparan una ofensiva militar.
A dos días de esta reunión entre los principales padrinos de los beligerantes sirios -Rusia e Irán, aliados del gobierno, y Turquía, de los rebeldes- la ONU advirtió contra el riesgo de un «baño de sangre» en Idlib.
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La ofensiva contra esa provincia del noroeste de Siria, fronteriza con Turquía, podría provocar una catástrofe humanitaria de proporciones nunca vista desde el inicio del conflicto en 2011.
Estados Unidos pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna el próximo viernes.
En las últimas semanas, el gobierno concentró numerosas tropas en las fronteras de la provincia, controlada en gran parte por Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización yihadista creada por la exrama de Al Qaida.
Pero la suerte de Idlib está en manos de los presidentes iraní, Hasan Rohani, ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, que en Teherán podrían ponerse de acuerdo en torno al alcance y el calendario de la ofensiva.
Aunque el gobierno de Bashar al Asad y su aliado ruso multiplican las declaraciones belicosas, ambos tendrán que tener en cuenta la posición y los intereses de Turquía, que apoya a los rebeldes y dispone de tropas en Idlib.
Turquía teme que la ofensiva provoque una llegada masiva de sirios a sus fronteras.
«La situación de Idlib será uno de los temas principales de discusión» de la cumbre de Teherán, declaró el martes el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
«Sabemos que las fuerzas sirias se están preparando para resolver ese problema», agregó.
– «Hora cero» –
Conquistada en 2015 por los insurgentes, Idlib es el último gran bastión rebelde en Siria.
A Idlib afluyeron decenas de miles de rebeldes y civiles evacuados de los bastiones insurgentes retomados por el ejército sirio en el resto del país, como los de Alepo o Guta Oriental.
Turquía, Rusia e Irán tienen un papel dominante en el conflicto sirio a través de su intervención militar crucial para los diferentes protagonistas de la guerra y al proceso de negociación de Astana que eclipsó las negociaciones organizadas por la ONU.
Paralelamente a los preparativos militares, se registró en los últimos días una intensa actividad diplomática entre Siria, Rusia y Turquía.
Según el diario sirio oficialista Al Watan, la cumbre recibirá el resultado de las conversaciones y las tres potencia «decidirán de la hora cero de la operación del ejército sirio, que debe en principio comenzar inmediatamente después de la cumbre».
La provincia de Idlib y los bolsones rebeldes adyacentes albergan una población de tres millones de habitantes, la mitad de ellos desplazados provenientes de otros puntos del país, según datos de la ONU.
La ofensiva podría apuntar a algunos sectores periféricos de Idlib, desde donde, según Rusia, los rebeldes atacan con drones la base militar rusa de Hmeimim, en la vecina provincia de Lataquia.
El blanco de la ofensiva son principalmente los yihadistas de HTS, integrado por los exmilitantes de Al Qaida en Siria.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, dijo que se intenta separar en el terreno a los «opositores armados normales de los yihadistas».
– «Baño de sangre» –
En la misma línea, Turquía lleva a cabo «intensos esfuerzos» para expulsar a los «yihadistas de la región, terminar con los ataques de drones contra la base aérea rusa y entregarle al régimen el control de las principales carreteras de Idlib», indicó el centro International Crisis Group (ICG).
«¿Qué medidas pueden tomarse en Idlib? ¿Qué podemos hacer juntos contra las organizaciones terroristas?», se interrogó el lunes el ministro turco de Relaciones Exteriores Mevlüt Cavusoglu, al referirse a las discusiones con Irán y Rusia.
La ONU advirtió contra el riesgo de una crisis humanitaria a gran escala, en un país en el que la guerra causó la muerte de más de 350.000 muertos y dejó millones de desplazados y refugiados.
Irán quiere ayudar a la expulsión de los insurgentes de Idlib con la «menor cantidad de pérdidas humanas posible», declaró el ministro iraní de Relaciones Exteriores Mohammad Javad Zarif.
Pero el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, exhortó el martes a los presidentes ruso y turco a «encontrar una solución» que evite un «baño de sangre».
Las potencias occidentales favorables a los rebeldes advirtieron sobre un posible uso de armas químicas por parte del gobierno sirio.
«Si el presidente Bashar al Asad decide utilizar nuevamente armas químicas, Estados Unidos y sus aliados responderán rápidamente y en forma apropiada», declaró la Casa Blanca en un comunicado. AFP