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Expertos estadounidenses y rusos se reunirán esta semana en Ginebra para abordar la retirada de «todos los rebeldes» del Este de Alepo, donde el régimen sigue ganando terreno, pero varios grupos insurgentes rechazaron este lunes abandonar esta ciudad que controlan parcialmente.
Los combates en la ciudad se intensificaron el lunes, con el ejército avanzando en el barrio estratégico de Shaar. De ser tomado, el régimen estaría en control del 70% de los barrios que llevaban desde 2012 en manos de los rebeldes.
Por su parte, los insurgentes respondieron con una lluvia de cohetes sobre la parte gubernamental (oeste), matando a ocho civiles sirios y un médico ruso en un bombardeo de un hospital de campaña, según Moscú.
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Rusia, aliada del régimen de Bashar Al Asad, anunció que las conversaciones ruso-norteamericanas se iniciarán el martes o el miércoles en Ginebra.
El objetivo será «preparar los medios para hacer salir a todos los rebeldes del este de Alepo», la segunda del país, declaró el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov.
Washington no ha confirmado de momento estas conversaciones pero el secretario de Estado norteamericano John Kerry había anunciado el viernes «una reunión a principios de la próxima semana en Ginebra» sobre la forma de poner fin a los enfrentamientos en Alepo.
Una salida de los rebeldes supondría una victoria para el régimen del presidente sirio Bashar al Asad, tras la gran ofensiva lanzada el 15 de noviembre por el régimen para reconquistar Alepo-Este, que cayó en manos de los rebeldes en 2012.
En cambio, los rebeldes perderían su principal bastión en Siria, y solamente conservarían el control de la provincia de Idleb, vecina de la de Alepo, y de algunos sectores cerca de Damasco y en el sur.
Poco después del anuncio de Moscú, varios grupos insurgentes afirmaban que lucharán hasta la «última gota de sangre» en Alepo, y rechazaron asumir el eventual acuerdo salido de la reunión entre Moscú y Washington.
«Los revolucionarios no abandonarán Alepo Este (parte rebelde), combatirán la ocupación rusa e iraní hasta la última gota de sangre», dijo a la AFP Abu Abdel al Rahman al Hamui, un responsable del grupo Jaish al Islam.
«Son los rusos los que se tienen que ir de Alepo» dijo por su lado Yaser al Yusef, del grupo Nuredin al Zinki.
Se estima que antes de la ofensiva de Damasco, el número de combatientes anti-régimen en Alepo Este era de entre 8.000, según la ONU, y 15.000, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Pero tras cuatro años de resistencia, estos grupos rebeldes ya no logran oponerse a la superioridad aérea y terrestre de las fuerzas pro-régimen, que incluyen a combatientes de Irán y del Hezbolá libanés.
Durante las consultas de Ginebra, los expertos rusos y estadounidenses deberán «ponerse de acuerdo sobre el itinerario concreto y los plazos de retirada» de los rebeldes, precisó Lavrov.
Cuando estos aspectos estén resueltos, «entrará en vigor una tregua» en Alepo, añadió.
El anuncio de las conversaciones ruso-norteamericanas se produjo horas antes de una nueva reunión del Consejo de seguridad de la ONU en Nueva York, para estudiar una resolución sobre una tregua de al menos siete días en Alepo.
España – que presidente el Consejo de Seguridad durante este mes de diciembre -, Egipto y Nueva Zelanda propusieron un texto que solicita esa tregua temporal en Alepo.
Pero Lavrov, cuyo país tiene derecho a veto en el organismo internacional, cree que este proyecto de resolución es «contraproducente» y una «provocación» que «socava los esfuerzos ruso-estadounidenses».
Al menos 319 civiles murieron, entre ellos 44 niños, desde el inicio de la ofensiva siria a mediados de noviembre contra los barrios rebeldes, según el OSDH.
Desde su inicio en marzo de 2011, la guerra civil siria causó en total la muerte de más de 300.000 personas. AFP