El gigante de telecomunicaciones América Móvil, propiedad del multimillonario mexicano Carlos Slim, anunció este miércoles la escisión de activos de infraestructura pasiva de sus operaciones móviles en México. La compañía comunicará la propuesta a sus accionistas en la asamblea extraordinaria programada para el próximo 17 de abril. La decisión fue recibida con entusiasmo en el parqué de la Bolsa Mexicana de Valores: las acciones de América Móvil ganaron un 2% en la apertura.
Se trata del último episodio de la estrategia que ha seguido el magnate, uno de los hombres más ricos del mundo, para mitigar las penalizaciones que prevé la nueva legislación antimonopolios mexicana(aprobados en la reforma de telecomunicaciones impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto) tienen previstas para la joya de su corona: América Móvil. Su empresa en México, Telcel, controla el 70% de la telefonía móvil del país, muy por encima de su más cercano competidor (Telefónica, que gestiona un 19%), y el 84% del mercado en telefonía fija e Internet.
La consigna de los cambios en la legislación mexicana en telecomunicaciones es clara: “Fin a los monopolios”. En el caso de la telefonía fija y móvil, y el servicio de Internet, el objetivo es Slim. El anuncio de la escisión de la infraestructura permite que su compañía deje de ser un “agente preponderante” (la compañía que domina el mercado). Antes que concentrarse en su abultado número de clientes, la compañía ha elegido como operación para aligerar el pesodel gigante la separación de la compañía sus radiobases, torres y ductos, que se integrarían a una nueva sociedad. Todo para que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) diagnostique que, en el total, América Móvil controle no el 61,5% de las telecomunicaciones en general como actualmente lo hace, sino menos de un 50%, lo que le libraría de las sanciones.
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El mercado de telecomunicaciones en México ha abierto el apetito de varias compañías internacionales, entre ellas el exsocio de Slim en Estados Unidos: AT&T. La empresa norteamericana ha comprado Nextel, un servicio de radiocomunicación que controla el 3% del mercado, y el 50% de Iusacell, que tiene un 8%. La entrada tampoco ha pasado desapercibida para Telefónica (Movistar), que mantiene el segundo lugar de telecomunicaciones en México con un 19% de los consumidores del servicio.
Aun así, el pastel a repartirse en el mercado de telecomunicaciones en México es muy apetitoso para las empresas del sector. Según cálculos del IFT, México no tiene aún la cobertura suficiente en su territorio para satisfacer la demanda en telecomunicaciones, lo cual prevé que en el futuro se abran concesiones para el establecimiento de nuevas radiobases. México es el segundo mercado más importante de América Latina, con casi 100 millones de usuarios. Solo le supera Brasil. El mercado a explorar es grande. Pese a su tamaño, la penetración de telefonía móvil en México está muy por debajo de otros países de la región. Por cada 100 mexicanos, hay 87 dispositivos móviles; la mitad de los que hay en Brasil bajo el mismo parámetro (176 por cada centenar). La partida de ajedrez para controlar el jugoso mercado mexicano apenas ha comenzado.