Diez años después de la muerte de 228 personas en el accidente del vuelo Rio-París, los jueces de instrucción ordenaron el jueves un sobreseimiento general para Airbus y Air France, un dictamen que indigna a los familiares de las víctimas.
Los magistrados no siguieron las peticiones de la fiscalía de París que se había pronunciado a favor de un juicio únicamente contra la aerolínea francesa, una posición que ya había sido criticada por las asociaciones de víctimas.
El 1 de junio de 2009, el vuelo AF447 cayó en el océano Atlántico después de despegar de Rio de Janeiro. Los 228 pasajeros y miembros de la tripulación, de 34 nacionalidades, perecieron en el accidente, el peor de la historia de Air France.
El elemento que desencadenó el siniestro fue la congelación de unos sensores ubicados en el exterior del aparato, las sondas Pitot, que brindó indicaciones erróneas sobre la velocidad y desorientó a los pilotos, hasta que la aeronave cayó al océano.
En esta investigación, que comenzó hace más de una década, las dos empresas fueron inculpadas en 2011 por «homicidio involuntario».
En su escrito de 189 páginas, firmado el 29 de agosto y que pudo consultar la AFP, los magistrados Nicolas Aubertin y Fabienne Bernard estimaron que el siniestro se debió «a una combinación de factores que nunca antes habían ocurrido, y que por lo tanto puso de manifiesto peligros que no podían ser percibidos antes».
Las investigaciones, que tenían por objeto determinar si era posible atribuir la responsabilidad indirecta de este accidente a la compañía aérea o al constructor, «no condujeron a caracterizar un fallo ilícito de Airbus o de Air France en relación (…) con los errores de pilotaje (…) que causaron el accidente», prosiguen.
La principal asociación de familiares de las víctimas, Entraide et Solidarité AF447, apelará este dictamen por considerarlo insultante, dijo a la AFP su abogado, Alain Jakubowicz.
«¿Cómo no pensar que esta decisión está guiada por intereses económicos superiores a los de la justicia?», denunció en un comunicado el colectivo.
Nelson Faria Marinho, presidente de la asociación de víctimas brasileñas del vuelo AF447, se manifestó «indignado» por lo que calificó de «decisión absurda y corporativista». En Brasil la investigación sigue abierta. En total murieron 59 brasileños en el accidente.
Air France y Airbus, contactadas por la AFP, no quisieron comentar la decisión.
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El ministerio público estimaba que la compañía aérea había cometido «negligencia» al no haber brindado a sus pilotos suficiente información sobre cómo reaccionar en caso de anomalías en los sensores que controlan la velocidad de los aviones, pese a varios incidentes de ese tipo en los meses previos al siniestro.
– Sorpresa e indignación –
Contactado por la AFP, Olivier Morice, abogado de varias familias de víctimas, dijo estar «sorprendido» por la decisión y anunció su intención de apelar.
Desde el inicio de la investigación, los expertos libran una batalla sobre las responsabilidades en la serie de incidentes que condujeron al accidente. Las partes civiles estiman que ambas compañías, Air France y Airbus, deben responder ante los tribunales.
Un primer informe de 2012 señalaba fallos cometidos por la tripulación, problemas técnicos y una falta de información de los pilotos en caso de congelación de la sonda Pitot, pese a incidentes previos señalados al constructor Airbus.
Tras este primer peritaje, el constructor aeronáutico solicitó una nueva evaluación que señaló que la tripulación reaccionó de forma «inapropiada».
Pero los familiares de las víctimas y la aerolínea impugnaron esta evaluación que consideraron demasiado favorable al constructor ante la corte de apelaciones de París. Esta ordenó que sea anulada y reabrió la investigación.
Un último informe, de diciembre 2017, estimó que «las acciones inadaptadas en pilotaje manual» de la tripulación condujeron a que el Airbus A330 de la compañía francesa se precipitara al mar.
En un intento por convencer a los jueces de llevar a Airbus y a Air France ante la justicia, los familiares de las víctimas presentaron un informe a los tribunales franceses el 8 de agosto que demostraba, según ellos, que Airbus conocía desde 2004 los problemas de sus sondas que controlan la velocidad de sus aviones. AFP