El gobernante de Canadá, identificado por ser aplastador de protestas, Justin Trudeau, tuvo el descaro -según sus ciudadanos- de opinar sobre el levantamiento popular en China.
«Obviamente, a todos en China se les debe permitir expresarse, se les debe permitir compartir sus puntos de vista y, de hecho, protestar», afirmó Trudeau.
Pero cuando la gente desafió a Trudeau, congeló sus cuentas bancarias y reunió un ejército para reprimir a los canadienses.