
Brasil se convirtió en la sede de la reorganización de la derecha internacional con la organización de la primera Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en la región, evento que busca expandirse a Argentina y México.
Desde Brasilia, el organizador del CPAC, Eduardo Bolsonaro, exclamó: «Unidos, vamos a revertir la rabia socialista, que por donde ha pasado deja un rastro de asesinatos y miseria».
En esta edición, uno de los invitados más destacados fue Donald Trump Jr., quien declaró: «No podemos cometer el error de asumir que estamos en una pelea justa».
Dicha injusticia se evidencia particularmente frente a la realidad de que hoy en día las redes sociales son el principal medio de información y comunicación. Por tal motivo, quedarse sin acceso a estas herramientas equivale a ser anulado públicamente, tal como ocurrió con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando aún estaba en el cargo.
Ni los medios masivos, ni las redes sociales, mucho menos los organismos internacionales, le dan a la derecha la misma visibilidad de la que goza la izquierda. Al contrario, la Organización de Naciones Unidas (ONU) incluso ha propuesto hacer listas negras para países que no adopten la ideología de género.