Los altos precios de los focos obliga a los venezolanos a usar velas y lámparas de queroseno para alumbrarse, informaron representantes de consejos comunales del área metropolitana de Caracas.
«Un bombillo de los llamados incandescentes cuesta 247 bolívares (unos 39 dólares), equivalente a un día de salario mínimo», precisó Martin Vargas, presidente del Consejo Comunal de la Parroquia Sucre, al oeste de la capital venezolana.
Vargas dijo que estos bombillos aparte de difíciles de conseguir son costosos, aun cuando resultan más económicos que los denominados «ahorradores», los cuales cuestan entre 800 (unos 126 dólares) y siete mil bolívares (unos mil 102 dólares), según el vatiaje y la marca.
Destacó que en negociaciones con Cuba, el gobierno venezolano adquirió millones de bombillos ahorradores para sustituir a los tradicionales incandescentes y los entregó casa por casa en el marco de la campaña de reducción del consumo eléctrico.
«Jóvenes cubanos iban a las casas y canjeaban los bombillos incandescentes por ‘ahorradores’, pero resulta que estos duraban poco tiempo por desperfectos de fabricación, además se determinó que eran altamente contaminantes por su componente de mercurio», añadió.
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«Resulta que ahora tenemos que usar velas para alumbrarnos, porque un ‘ahorrador’ que continúan vendiendo en los establecimientos a pesar de ser altamente contaminantes, cuesta un ojo de la cara y los llamados incandescentes desaparecieron», enfatizó.
Bellorin dijo que «la negociación para favorecer al gobierno cubano en el año 2010 perjudicó a muchas familias venezolanas que canjearon sus bombillos tradicionales por los ahorradores». «Ahora resulta que no tenemos ni uno ni otro», reiteró.
Resaltó que los apagones continúan en Caracas y el interior del país, y que las autoridades de la estatal Corporación Eléctrica Nacional en lugar de implementar un plan para generar más electricidad culpa al clima de la inestabilidad del sistema.
Finalmente dijo que llegará el momento en que el país quede en tinieblas si a la empresa eléctrica nacional sigue llegando gente ajena a la actividad y sin conocimiento en materia de generación, distribución y transmisión del fluido eléctrico.